La isla Catalina es el único lugar de República Dominicana donde fácilmente puede uno encontrarse cara a cara con mapaches y liebres salvajes, subsistiendo en un hábitat que ya han hecho suyo. Considerados exóticos en esta parte del planeta. Aunque se dejan fotografiar, se mantienen a una distancia prudente del turista. Suelen salir en las tarde de los cambronales en busca de alimentos, luego de que los visitantes se han marchado. Sus instintos de conservación es admirable. Ellos poseen la facultad de detectar el desembarco de los cruceros e inmediatamente se dirigen todos a la zona de descarga.
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